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miércoles, 10 de agosto de 2011

A veces tengo la sensación de creer estar haciendo algo mal. De estar haciendo el tonto y no darme cuenta de que quizás soy el hazme reír de alguna que otra persona; pero cuando me paro a pensarlo.. si hay alguien que piense en mi tanto como para reírse, es porque soy tan importante que me regalan una de sus risas, de sus momentos. Quizás no todo sea tan malo.. quizás no todo es que vaya del revés. Quizás es que yo sin darme cuenta lo miraba todo bocabajo, y no veía como tenía que ver. Me miro al espejo y aún no sé lo que veo, pero sé que cuando sonrío pienso.. esa soy yo. Tan importante es una lágrima como una sonrisa, tan triste también a la vez. Sonreímos sin saber que tarde o temprano esa sonrisa pasará a la historia, como tantas otras. Pero por lo menos a mí, me queda siempre el sentimiento de haberlo hecho en el momento. Me queda la satisfacción de haber regalado una sonrisa, un trocito de mí. ¿Realmente vale la pena esconder nuestra sonrisa? Hoy me he dado cuenta de que no, y por eso siempre va a permanecer pegada a mi.

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